Confirmado el pase de ambos equipos a las semifinales de la Champions League, tras eliminar a Shakhtar Donetks y Tottenham, el calendario futbolístico da lugar a hecho que podría denominarse histórico. Cuatro clásicos en un periodo de dieciocho días. Una coincidencia realmente exquisita para los aficionados al fútbol y de estos dos clubes, que actualmente podrían considerarse los mejores equipos del mundo futbolístico. Desde FALSO NUEVE queremos hacer especial hincapié en dichos enfrentamientos y durante los próximos días analizaremos los conceptos principales y diferenciales de los enfrentamientos, tanto en la previa de estos como después del pitido final. Empezando por el primer enfrentamiento de este sábado y quizás el que podría considerarse de menos relevancia de cara a el amplio margen de competiciones que se disputan en los próximos días.
Con ocho puntos por encima el FC Barcelona se presenta en el Santiago Bernabéu con un amplio colchón con el que podría permitirse pinchar en terreno enemigo. Con un hipotético empate el equipo mantendría una diferencia de seis puntos con seis jornadas por disputar donde el conjunto blanco tendría que visitar Mestalla, el Pizjuán y el Madrigal, tres salidas complicadas. Mientras recibiría en casa a Zaragoza, Getafe y Almería, equipos que luchan por salvar la categoría y que podrían presentar algunos problemas al conjunto blanco en algún caso.
ALVES DIFERENCIAL
Entrando ya en materia y analizando los precedentes de anteriores enfrentamientos el papel de Daniel Alves en el póker de encuentros se antoja diferencial. El brasileño fue de los jugadores que aportaron más al desequilibrio total de la balanza en el partido de ida del Camp Nou y es quizás, el mayor problema que podría tener José Mourinho a la hora de descontextualizar su fútbol. Como ya vimos en aquel partido, Alves obligó a Di María a vivir constantemente en fase defensiva, restando así totalmente el potencial del argentino en acciones de ataque y obligándolo a situarse prácticamente como el quinto elemento de la línea defensiva, mientras Marcelo se veía obligado a cerrar el perfil izquierdo en una zona más centrada por la diagonal fuera-dentro de Pedro. El carrilero ofreció al equipo un desahogo de su fútbol y una mayor amplitud. Como ya conocemos, en este Barça, los laterales son extremos y Alves lo lleva a la máxima expresión.
Quizás, sobre el papel el mejor antídoto sería poner en marcha la figura del mediocentro en detrimento de la figura del enganche. De esta manera el equipo tendría cubiertas las espaldas de la ‘zona Messi’ y no estaría invitando a uno de los centrales a dudar en salir a por el argentino o quedarse en su zona guardando el espacio. De igual manera, este elemento también podría ayudar con apoyos defensivos a una hipotética suma de Alves al ataque y daría pie a una mejor defensa sobre las líneas de pase. En cierto modo, durante el partido se podría dar la situación de que si finalmente Cristiano Ronaldo ocupa banda izquierda, pueda quedarse tirado a dicha banda para tras recuperación ofrecer un desahogo y una vía de escape al conjunto y a la larga, podría restar a Alves en ataque. La idea de Mourinho puede pasar por ahí, por taponar la banda derecha del Barça restando la amplitud del lateral brasileño. Para ello, posiblemente se alinearía a Arbeloa como lateral izquierdo y a Marcelo en calidad de interior por ese perfil, quitándole trabajo defensivo a Cristiano Ronaldo o al jugador que ocupe la banda.
Si no se logra sostener a Alves, el Barça tiene mucho ganado. Alves es el que activa el espacio a espaldas del lateral, y ofrece profundidad y amplitud al equipo. Mourinho debe dominar el partido en base a la desnaturalización del juego rival, y no dominarlo desde su propio juego. Ya que este argumento no le sirvió en el anterior encuentro.
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