Por norma general con la llegada del final de la temporada, aún con los equipos jugándose cosas importantes, desde los despachos de las directivas y las secretarías técnicas se empieza a trabajar en el próximo año futbolístico. Un trabajo que se prolonga desde el pasado enero hasta las últimas horas de mercado en agosto. En los últimos días se habla mucho de los banquillos de dos equipos con un enorme potencial en el país, Atlético de Madrid y Sevilla. Dos equipos venidos a menos. Resaltan por encima de todos dos nombres, Marcelo Bielsa y Luis Enrique. Ambos tanteados por ambos equipos y que posiblemente alguno de ellos acabe ocupando dichos banquillos. Dos técnicos que viven y sienten el fútbol de manera similar, a partir de la pelota.
Las quinielas colocan al ‘Loco’ en el Pizjuán. De confirmarse, tendría mucho trabajo e implicaría una cierta remodelación en la plantilla andaluza. Muy pocos son los jugadores bielsistas que tiene el Sevilla en nómina a día de hoy. Llegar a aplicar su clásico 1-3-3-1-3 que mutó a 1-2-3-2-3 en el último mundial con Chile no será tarea fácil. Máxime cuando no es un equipo que sea protagonista per sé, uno de los conceptos innegociables que acompañan al técnico. Atacar y defender con la mayor cantidad de jugadores posibles, al unísono. Algo que se ha perdido las dos últimas temporadas. Pero a muchos de los que nos gusta el fútbol nos frotamos las manos sabiendo lo que puede sacar el argentino de jugadores como Jesús Navas, Perotti o recién llegado Rakitic. Jugadores con un perfil apto para el desarrollo del juego que imprime a sus equipos. Igual de complicado o incluso más podría ser inculcar la cultura del pase atrás y defender con la pelota en una plantilla ansiosa, de muchísima verticalidad y sin mucho estacionamiento en la zona de gestación. En palabras del propio técnico: “Nunca me planteo la posibilidad de salir a atacar con la iniciativa del contraataque. Para mí siempre hay que protagonizarlo a partir de la pelota. Si puedes protagonizarlo, ¿por qué cederlo? Nunca preparo al equipo para la espera. Un gran equipo nunca se condiciona por el rival. Me atrae la victoria y me doy cuenta de que el mejor camino para llegar a ella es el protagonismo. Jamás pensaría un partido sin jugar en campo rival”. Lo cierto es que somos muchos los que queremos que vuelva a España, su etapa con el Espanyol nos supo a poco.
En el otro lado y haciendo lo propio, la prensa coloca a Luis Enrique en el banquillo de las orillas del Manzanares. Después de comenzar una temporada ilusionante después de ganar dos títulos la pasada temporada el conjunto de Quique Sánchez Flores vuelve a no estar al nivel que se le presupone. Y parece que a éste se le ha acabado el crédito y buscarán un cambio, un golpe de efecto. Éste tiene el nombre del técnico actual del filial del FC Barcelona, que ya anunció que no seguiría al frente en su actual puesto. Según publican algunas fuentes, el asturiano ya lo tendría hecho con el club colchonero después de tantear diversas opciones como Joaquín Caparrós, Rafa Benítez o André Villas-Boas.
Luis Enrique no es un técnico probado al máximo nivel, pero ofrece garantías. Mamando la escuela Barça desde hace ya mucho tiempo, como Bielsa, también siente el fútbol a través del balón y del protagonismo. Ha llevado al filial a la tercera posición del campeonato en la Liga Adelante a falta de cuatro partidos para la conclusión, que de no ser filial, daría acceso a la promoción para el ascenso al máximo nivel. Todo esto con chavales muy jóvenes en una competición muy complicada. Como en el anterior caso, vendría a inculcar un estilo, algo diferente a lo que allí se conoce. Su gusto por el fútbol lo marca su casa actual. Con buena mano para llevar a los jóvenes podría sacar el máximo rendimiento a jugadores como Koke o Domínguez, pasando por el filial del club donde hay algunos jugadores capaces de dar el salto a la categoría de oro siempre y cuando se respeten unos parámetros base y se tenga paciencia y confianza en ellos. Por otro lado, contar con jugadores como Kun Agüero, Reyes o Filipe Luis será algo clave. Pero aún más clave deberían ser los refuerzos, donde hay una meta clara si llegara el técnico: el mediocentro. Alguien capaz de soportar la responsabilidad y el peso del balón. Que haga jugar al equipo. Por otra parte y ya como pautas más emocionales, como el carácter y la motivación que es capaz de meter el técnico a sus jugadores. En este sentido me gustaría dejar a modo de reflexión para el cambio de rumbo del Atlético, de confirmarse esto. Un fragmento extraído de una conversación de Pep Guardiola con Valdano: “Hay que crear un estilo, que sepan a qué jugamos, que los que están en Rusia sepan que vas a jugar de esta forma. Eso tiene que estar por encima del entrenador. Es decir, nosotros jugamos así. El club juega a esto y nosotros fichamos a este entrenador para jugar de esta manera”. Se trata de algo más que una contratación, se trata de un cambio de estilo, de rumbo, de ciclo. Apostar por la pelota, por el fútbol asociativo, potenciar las grandes habilidades individuales a través del colectivo.
Los enfermos de fútbol nos frotamos las manos con la posibilidad de ver en una liga a José Mourinho, Pep Guardiola, Marcelo Bielsa, Luis Enrique, Garrido, Caparrós, Luis Garcia o Pellegrini. Grandes técnicos, con recursos suficientes para convertir al más humilde en el más grande. Apostar por la pelota es, en definitiva, apostar por el protagonismo. Apostar por el fútbol.
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