Nueva etapa en Falso Nueve

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Alves crece por dentro

Análisis táctico de una nueva tendencia en el FC Barcelona con Daniel Alves como protagonista.

Anticiparse al recurso del rival

Análisis táctico del partido Valencia CF-Real Madrid CF disputado en la 13ª jornada.

25 mar 2011

¿Por qué Pep no quería al Shakhtar?

“No quiero al Shakhtar ni en pintura” expresó públicamente Pep Guardiola antes del sorteo de Champions. El de Santpedor, que ya ha sufrido al conjunto ucraniano, sabía de lo que hablaba. Quizás el Shakhtar, por nombre e historia, no es un equipo considerado grande en el panorama futbolístico europeo, pero la realidad es otra. Los de Mircea Lucescu son uno de los equipos que más ha crecido en la última década de fútbol en el viejo continente. La evolución tanto en su estructura, como en su metodología de trabajo ha llevado al club a otro nivel. Líder indiscutido en su país, por primera vez en su historia pisarán cuartos de final de la máxima competición europea, y por supuesto, lo harán sin complejos. No tienen nada que perder. Sabedores de que la presión es para el conjunto blaugrana, intentarán jugar la baza y sorprender como ya hicieran en un tiempo pasado. El último precedente lo encontramos en la Supercopa de Europa 2009, donde el conjunto ucraniano hizo emplearse a fondo al rival, que tuvo que sudar sangre para batir a Pyatov.

Hoy en día el Shakhtar sigue manteniendo su estructura de equipo con muchos de los mismos jugadores, pero es más fuerte, ha ganado experiencia y tiene las cosas más claras. El club, que desde 2006 no ha parado de crecer ha basado su modelo formativo en el fútbol holandés. La llegada al club de Patrick van Leeuwen fue determinante, un paso hacia delante. Nuevas metodologías en los entrenamientos, mejor gestión del tiempo, residencia propia, mejor enseñanza, escuela de fútbol, conferencias de los mejores entrenadores del mundo y otras cuestiones que han hecho evolucionar al club en todos los aspectos. Si a esto le sumamos la buena hornada de jugadores que han agrupado -en su mayoría brasileños- y que no se caracterizan por ser un equipo vendedor, tienen todos los condimentos para el triunfo. Obteniendo el mejor ejemplo en la consecución en 2009 de la Copa de la UEFA, dejándose mostrar al mundo con buen fútbol.

Más allá del crecimiento exponencial del club en los últimos años, nos encontramos con las dificultades futbolísticas que plantean a sus rivales, ya sea en su competición doméstica donde únicamente ha recibido ocho goles en veintidós partidos, o en Champions, donde pasó la fase de grupos como primero, por delante del Arsenal, y dejando fuera al Sporting de Braga.

El Shakhtar Donetks es un equipo camaleónico, capaz de adoptar cualquier forma o método para doblegar al contrario igual de bien. Trabajan desde un planteamiento base, un dibujo 1-4-2-3-1 con dos mediocentros de carácter defensivo, laterales de largo recorrido y una mediapunta con mucha magia donde William, Douglas Costa o Jadson hacen las delicias del respetable. Un equipo capaz de tocar el balón y de disputarle la posesión y el discurso del partido al Arsenal (51%-49%) o de esperar al contrario y salir rápido. Una versatilidad que les hace un equipo a tener en cuenta. Tomando como punto de inicio sus enfrentamientos al equipo inglés, por sus similitudes al FC Barcelona el Shakhtar no renuncia al balón en ningún caso y sus ayudas defensivas son constantes, no será raro ver que tras pérdida de balón acuden rápido a la recuperación de este, en un 3 vs 1. Dificultando así la salida rápida del rival. No obstante, ejercen esta presión a rachas durante el partido y lo combinan con el cierre general de líneas de pase obligando a tocar a los interiores muy atrás, para restar profundidad. Con una fase defensiva inicial dibujando un 1-4-1-4-1 con un mediocentro entre las dos líneas de cuatro para hacer la cobertura en caso necesario, tras la superación de la primera línea (preferiblemente Hubschmann). Aunque varían la forma, cuando el contrario llega a línea de tres cuartos, pasando así a un 1-4-4-1-1 bien marcado, cerrando espacios que requiere de mucha precisión para ser superada por la acumulación de hombres que plantea.

Luiz Adriano, elemento diferencial ante el FC Barcelona.
Aunque quizás, la seña más identificativa del conjunto es la ocupación constante y racional de las bandas, algo que en un principio podría favorecer al FC Barcelona, pero que también podría jugar en su contra. Tanto los extremos, como los laterales, mantienen ocupados los carriles exteriores en ambas fases del juego, restando así amplitud al contrario y obligando prácticamente a los jugadores de banda a meterse al medio, provocando así un embotellamiento del equipo rival, donde Gai y el mencionado anteriormente Hubschmann cobran protagonismo en sus labores de destrucción. Esto, tras una hipotética recuperación del balón, daría sentido a los automatismos tácticos en la transición ofensiva. Las continuas permutas en la línea de tres con la explotación de la ‘Zona William’ ejerciendo la diagonal fuera-dentro obligarían prácticamente a la alineación de Javier Mascherano, el único con una técnica defensiva capaz de suplir los espacios que se dejarían tras la pérdida. Con el balón en su poder, los ucranianos son un equipo con talento capaz de descansar en la mediapunta. Apuestan por una salida de balón en corto, siendo curioso que Pyatov, salvo en ocasiones, no sea el protagonista del primer pase, pero sí se ofrece como apoyo para el desahogo de la jugada. La capacidad y el criterio de sus centrales para sacar el balón jugado lo tienen pocos equipos en europa. Ya sea la opción corta, o la larga buscando la incorporación de los laterales será algo a tener en cuenta. Ya tuvimos una demostración excepcional en el segundo gol al Arsenal en el Dombass Arena. La calidad de Srna es diferencial en las incorporaciones de segunda línea. El lateral croata, uno de los mejores del mundo en su posición es uno de los mayores recursos ofensivos cuando el partido está atascado.

Por el contrario, en su eliminatoria anterior frente a la Roma de Ranieri, dispusieron otros principios de modelo. Esperaban al rival. Son un equipo sin complejos que no tienen miedo de meterse atrás para salir con velocidad. Mucho más, lejos de Ucrania. Por lo que en el Camp Nou no sería extraño ver un Shakhtar acumulando mucha gente en su campo, en lugar de ir a la presión. Esto, lejos de ser un planteamiento defensivo, pasa por atacar de manera diferente. Tras recibir el primer gol en el olímpico de Roma reaccionaron haciéndole tres en trece minutos, dejando casi sentenciada la eliminatoria. La capacidad versátil de Luiz Adriano en punta de ataque lo hacen un jugador muy difícil de defender. Lo hace bien de espaldas a portería, va bien por arriba y al espacio. Rápido, fuerte. Para el balón, devuelve, cae a banda, desmarque, genera ventaja, ahí está el espacio, gol. Si Puyol no está listo, será complicado. Y por otro lado, la calidad diferencial de Eduardo. El ex gunner es un jugador especial. Lo tiene todo y no tiene nada. Es capaz de resolver un partido con dos acciones técnicas. Guardiola sabe de lo que habla, ya ha sufrido al Shakhtar y esta vez lo tendrá aún más complicado. Vienen con sed de revancha.

13 mar 2011

Desnaturalización

Cada plantilla de cada club está elaborada premeditadamente para proponer en el terreno de juego el fútbol de una manera u otra. Los técnicos trabajan en base a lo que han pedido y nunca ficharán un jugador que no encaja en el patrón de juego de su equipo o sus ideales técnicos salvo contadas excepciones en las que ganar variantes en diferentes automatismos. Cuando esto pasa se da pie a la desnaturalización del juego. Esta última semana hemos tenido dos casos similares en la jornada europea. Arsène Wenger y Juan Carlos Garrido, dos técnicos que han hecho sus plantillas y han trabajado a sus jugadores a partir de la elaboración y la posesión del balón han optado por imprimir un carácter diferente en sus diferentes partidos. Ya fuera por la importancia de este o el rival en cuestión se equivocaron de camino. Uno lo pagó quedándose fuera de la competición, el otro supo rectificar a tiempo.

El Arsenal llegaba al Camp Nou con el resultado a favor que había cosechado veinte días antes, pero conscientes de la dificultad de los noventa minutos que quedaban por delante en un escenario en el que ya fueron eliminados la pasada temporada con una excepcional actuación de Lionel Messi. Si bien, la baja de Alexandre Song condicionaba en muchas vertientes el planteamiento por no tener un jugador del mismo perfil futbolístico, Wenger optó por desnaturalizar el fútbol para el que está creado el conjunto inglés, bandera de su país y de europa. Mantener el resultado era primario y eso cegó de tal manera al técnico francés que indicó a sus jugadores hacer algo para lo que no estaban acostumbrados y tampoco listos. Con Diaby, Rosicky y Sagna como novedades en el once, el Arsenal dibujó en un primer momento el sistema habitual 1-4-2-3-1. Diaby acompañaba a Wilshere en la base de la jugada, Rosicky caía a banda derecha y Sagna volvía a la titularidad. En la previa, la alineación de Rosicky presagiaba al equipo inglés luchando por la posesión del balón encarando partido a partir de esa faceta, pero con el paso de los minutos esa teoría se desmontó prácticamente dejando en entre dicha la alineación del checo. El Arsenal no iba a la presión y entregaba el balón y por lo tanto el discurso del partido al rival. Extendían su fase defensiva voluntariamente –algo para lo que no están preparados, mucho menos sin Song- sufriendo así mucho más el fútbol del FC Barcelona. Dibujaban una línea de cuatro, Wilshere como único mediocentro y por delante otra línea de cuatro, incluso obligado en muchos momentos a Nasri a actuar de lateral dejando únicamente a Van Persie descolgado. Juntaban líneas, esperaban al rival. Un caramelo para el Barça, un equipo que se defiende atacando. Wenger no supo reaccionar y cuando lo quiso hacer, se vio con un jugador menos y el Barça infinitamente superior y con muchísima confianza en lo que hacía. Suspenso.

Por su parte, el Villareal afrontaba la ida de su eliminatoria en el Bay Arena de Leverkusen. El planteamiento inicial de Garrido dejó mucho que desear. Mantenía el habitual 1-4-4-2 pero modificaba roles y presentaba un equipo demasiado conservador. Se quedaban en el banco Cazorla, Cani y Nílmar para dar entrada a Marchena en el mediocentro, Wakaso a una banda y Marco Ruben acompañando a Rossi. Con esto, el Villareal cayó en la misma dinámica que el Arsenal ante el FC Barcelona. Entregaba el balón al Leverkusen, equipo con buen trato de balón, y los alemanes se hicieron dueños del partido. En un partido en el que el submarino amarillo debía explotar las bandas por la fragilidad defensiva de los laterales rivales y la poca capacidad de los centrales para cerrar líneas de pase, Garrido daba escena a dos laterales de perfil defensivo y un Borja Valero en carril derecho con tendencia a meterse entre líneas. Esto supuso los peores 45 minutos del Villareal en lo que va de temporada. Muchos problemas para sacar el balón y darle continuidad a la posesión. Rossi se quedaba muy descolgado y Marco Ruben no terminaba de entender su función. Borja Valero se sentía sólo y el Villareal lo notaba. Aún con esto, aprovechando un despite Rossi pudo empatar tras un despiste de Reinartz y le daba a Garrido la opción para rectificar la idea inicial. Con la entrada de Cazorla y posteriormente la de Nilmar todo volvío a su lugar y el Villareal tenía más pinta de Villareal. Ganaron el partido y tienen pie y medio en la siguiente ronda. Aprobado.

La desnaturalización de un patrón base condena al colectivo y por lo tanto resta fútbol. Ordenar a tus jugadores hacer algo totalmente diferente a lo que llevan trabajando casi toda su vida futbolística o en su defecto, para los que les has educado desde tu llegada a un club pone al futbolista entre la espada y la pared. Si bien, hay equipos que basan en esto su fútbol, en la versatilidad de estilos. Elaborando así una plantilla con jugadores capaces de adaptarse a dos estilos totalmente opuestos. Un ejemplo claro, el Real Madrid.

8 mar 2011

Previa: FC Barcelona - Arsenal

Veinte días después del enfrentamiento en el Emirates, llega el partido de vuelta de la eliminatoria al Camp Nou. El equipo de Pep Guardiola tiene por delante noventa minutos para arreglar la diferencia en el marcador del partido de ida. Aunque se podría considerar como una reedición de los enfrentamientos de la pasada campaña, el Barça regresa con peor resultado de su visita a Inglaterra, pero con matices comunes. La temporada pasada el equipo ganaba con solvencia 0-2, dejó escapar el partido y Walcott primero y Fábregas después igualaban la eliminatoria. Ésta vez, con el gol de Villa y el discurso del partido ganado los blaugranas no supieron rectificar lo que ya ocurrió antes. Pero Wenger si venía con la lección aprendida. El partido de hoy es el comienzo de esos momentos en los que se empieza a decantar una temporada de éxito o una temporada en blanco. Es el momento de corregir errores y aplicar conceptos. Si bien, dentro de la derrota de la ida, el resultado no termina de ser malo. Se cuenta con el factor campo y con un gol a domicilio. Lo que podría significar que el equipo ganando 1-0 estaría en la siguiente ronda.

Aunque se espera el máximo espectáculo, la realidad es que estaremos ante un Barça menos Barça y un Arsenal menos Arsenal. Las bajas con las que cuentan ambos equipos son determinantes en el desarrollo del juego de cada once. Por parte del FC Barcelona se perderán el partido Piqué (por sanción) y Puyol (por lesión). Jugadores que intervienen con más o menos relevancia en la salida de la pelota del conjunto blaugrana. En este caso, el Barça tiene jugadores capaces de asumir el rol de las bajas sin demasiadas complicaciones, aunque este ajuste de piezas desemboque en un cambio de perfil del jugador en el mediocentro. Dando por sentado que será Busquets el que ocupe el papel de Gerard Piqué y que por tanto, asumiría una carga importante para la salida del balón, el jugador que ocuparía el puesto de Busquets por posición natural sería Javier Mascherano. El mediocentro argentino en gran parte gracias a su complejo de Busquets ha perdido parte de la esencia de su fútbol, pero con el paso de los partidos se le ve más asentado dentro del grupo, con los conceptos más claras y una mejoría palpable que si se sigue trabajando puede tener frutos de forma óptima. Pero para este encuentro, quizás se necesite al Mascherano de Liverpool. Ése jugador capaz de resolver carencias defensivas por físico y garra, y que en cualquier caso, sería el ideal para tapar al principal generador de fútbol de los gunners, Cesc Fábregas. Acompañando a Busquets, como ya viene haciendo varios partidos sería Abidal, lo que daría lugar a dar cancha a Maxwell o Adriano. El de Curitiba viene de disputar minutos en los últimos partidos, en buena forma. Ante el Mallorca y Valencia se marcó dos buenos encuentros, aunque tiene conceptos por trabajar. Por lo que si Mascherano fuera el encargado de ocupar el mediocentro, sería más que posible una alineación del ex jugador del Sevilla para dar una mayor profundidad a la banda izquierda y así obtener más amplitud si cabe, con Alves al otro lado. Con esto, se cerraría con tres hombres, se ensancharía el terreno y esto generaría más espacios para los Villa, Iniesta o Messi.

Los gunners, como ya hiciera el pasado año Arsène Wenger con Nasri, jugaron al despiste con las bajas. Durante semanas se ha especulado con que Cesc, Van Persie, Song o Walcott se perderían el partido. Finalmente, sólo serán estos dos últimos los que lo harán, mientras que el capitán y el holandés estarán listos para la cita. Aunque como dijo Pep Guardiola en rueda de prensa, “Aún Walcott está a tiempo para llegar en un avión privado”. Tanto el extremo, como Song serán bajas de primer grado para el técnico francés. Por lo que representan en el esquema y por las variantes que permiten al equipo jugar de una manera u otra. Theo ya hizo mella en la ida a las espaldas de un Maxwell que dio demasiadas ventajas al jugador. Como ya analizamos en el partido de ida, el inglés fue uno de los jugadores que hizo cambiar a Guardiola el equipo y que posteriormente, resultaría negativo. Pero ante esta baja, se tiene un recambio natural como es Arshavin. El ruso no está pasando por su mejor momento, pero en estos partidos se crece. Velocidad, desequilibrio, movimiento, control, tuya-mía. Puede aportar muchísimas cosas al equipo si se encuentra bien, incluso mejorar el rol de Walcott en cualquier caso por fútbol. Ante la posibilidad de alinear al ruso este lo haría en el carril izquierdo, siendo Nasri el que pasaría a la derecha como ya hiciera esta temporada ante el Tottenham. Pero el mediocentro camerunés no tendría recambio natural para hacer su labor. Denílson podría ser el elegido, pero su capacidad para sobrevivir en fase defensiva -que ante el Barça se antojan extensas- es demasiado débil y ofrecería demasiadas facilidades a los Xavi o Iniesta, incluso a Messi cuando viene a recoger. Por lo que se podría incluir la posibilidad de alinear junto a Wilshere a Diaby, ya recuperado, que por despliegue físico y ocupación de espacios podría desempeñar mejor el trabajo de Alexandre. Recordemos que el francés comenzó como mediocentro de contención y a medida que ha evolucionado su juego ha ido avanzando su posición de partida en el dibujo del Arsenal. Por lo que no sería nuevo para él. Otra opción sería retrasar la posición de Cesc, metiendo así a Nasri por detrás del delantero y Diaby en la banda para ocupar espacios y así hacer las posesiones del Barça más difíciles de prorrogar. Como última opción para mantener el dibujo, aunque poco probable, estaría la alineación de Eboue junto al mediocentro. Ya ha disputado minutos el marfileño en dicha posición, pero nunca con una alineación de partida. Su físico le permitiría abarcar mucho terreno, pero a su vez, por su poca capacidad táctica podría dejar líneas de pase abiertas en muchas ocasiones.

Aunque para mí, personalmente, la opción más lógica dado el resultado y los jugadores disponibles sería un cambio de sistema. El equipo pasaría a jugar un dibujo parecido al del Barça con 1-4-3-3 y la figura del mediocentro por detrás de los interiores para salvaguardar la zona. Perdiendo así la figura del enganche. Esto facilitaría la alineación de Denílson, escoltado por dos hombres, donde estaría más cómodo en su papel. Posiblemente Cesc y Wilshere, harían el trabajo, mientras Diaby se tiraría a la banda y en la otra Nasri, para intentar mantener la posesión del balón y sumar jugadores en el centro. Esto haría más viable el reservar a Van Persie dejando una referencia de ataque con Chamack o Bentdner.

Las cartas están sobre la mesa, sólo falta darles la vuelta y empezar la partida de ajedrez. Sea cual sea la decisión de los técnicos, estaremos ante un espectáculo futbolístico, con dos equipos luchando por pasar a la siguiente ronda. Una lucha que va más allá del fútbol.

2 mar 2011

La importancia del grupo

Se ha hablado mucho en los últimos tiempos de la capacidad de las plantillas y la gestión por parte de los entrenadores sobre las rotaciones en momentos puntuales de la temporada. Algunos equipos logran sacar mucho partido a ello, otros no tanto. Como ejemplo firme pongo el partido disputado hace unos días entre Mallorca y FC Barcelona. El conjunto catalán se presentaba en el Iberostar de Palma con bajas importantes y numerosas. Si ya estaban descartados Puyol por lesión y Alves por sanción, se confirmó días antes del partido que Valdés aún no estaría listo y Xavi se perdería el encuentro. Jugadores determinantes en la forma y conceptos de aplicación y metodología de algo tan importante como la salida del balón desde atrás. Como comentaba Moren en su blog, quizás Puyol tenga un papel más secundario, pero el resto juegan un papel determinante junto a Piqué. El portero siendo el encargado de dar el primer pase de calidad, sin rifar el balón, para que el equipo salga tocando desde atrás, Alves como recurso para cuando el rival logra defender la salida por los centrales, y Xavi como el hombre que viene a recibir a la base de la jugada y organiza el ataque.

Pep Guardiola tuvo que poner en liza a jugadores que quizás no son los más habituales en las alineaciones iniciales. Pinto, Adriano, Maxwell y Keita tenían una misión, hacer olvidar las bajas. Para ello el futbolista tiene que estar bien preparado. Trabajar aparte de su fútbol la parte psicológica para en un momento determinado soportar ese aire que se respira en su entorno cuando sabe que va a ser titular después de tiempo sin serlo. El rendimiento es un estado de ánimo, y en todos los equipos se debe trabajar la psicología individual y la grupal. En cualquier plantilla el técnico también se debe considerar un gestor de emociones, trabajar la complicidad y la cohesión del grupo. Crear un clima idóneo y que la comunicación sea eficaz. Ilusión, motivación y dejar que todo fluya moldeando el cauce. No todos los jugadores son capaces de aceptar su rol en una plantilla tan competitiva, y por consiguiente, saber competir. Por ello, para jugadores con un carácter díscolo o que no entren en un perfil humano adecuado, es tan difícil adaptarse y encajar en el vestuario del FC Barcelona. Ahí no puede entrar cualquiera, aunque tenga fútbol en sus pies.

Como dice el formador de formadores alemán, Horts Wein, al fútbol se juega primero con la cabeza, luego con el corazón y finalmente con los pies. Al cumplirse ese proceso, si tienes debilidades psicológicas en cuanto a confianza, motivación y ejecución posiblemente no se llegue al objetivo marcado, no hacer notar la baja del compañero. La vida del suplente dejar de ser complicada cuando el propio jugador sabe que trabajando bien obtendrá lo que busca. Remar todos hacia un mismo lado es determinante. Por poner un caso actual y en el mismo entorno del que tratamos, Bojan Krkic. Me quedo con un artículo muy bueno publicado en el Divan del Fútbol por Antonio J. Trujillo. La capacidad de Guardiola para mantener al chaval en la máxima competición es definitiva. El jugador sabe de sus condiciones, el público sabe de sus condiciones, el cuerpo técnico y compañeros saben de sus condiciones. Tiene fútbol, le sobra fútbol. El problema viene por otro lado, le falta confianza. Recuerdo esta misma temporada en eliminatoria de Copa del Rey ante el Ceuta, partido de vuelta en el Camp Nou, penalti a favor del FC Barcelona que Bojan estrella en el palo. Es para mí el punto de inflexión a lo que está viviendo. Muchos se olvidan de que tan sólo tiene 20 años, que tiene muchos partidos por delante y de lo que ha demostrado desde que está en la primera plantilla. No hay que echarse encima. Si bien, Bojan no ha levantado nunca la voz, sabe donde está, sabe lo que tiene que hacer y en algún momento estoy seguro de que lo hará.

Llegados a este punto, algunos jugadores optan por crecer en su fútbol individual, abusar de la conducción del balón, jugar más para él. Quizás esa podría ser la mayor equivocación que decida un futbolista en ese estado. Para esto me quedo con unas palabras muy buenas de Juande Ramos en las que explica su método para la gestión de grupos. “Yo intento convencer a los jugadores de que a través del equipo es más fácil conseguir las metas personales. El equipo siempre te devuelve más de lo que tú le puedas dar, aunque se lo des todo; si cada uno le da al equipo todo lo que tiene y piensa en el interés colectivo, el equipo acaba recompensándoselo. Cada uno tiene un papel que desarrollar en el seno del grupo. Es necesario entender esto para que la maquinaria colectiva funcione. El equipo es muy generoso si antes lo han sido con él. El equipo les va a ayudar, incluso a ser mejores. Así trato de convencerles e involucrarlos en la idea, en el proyecto. Intento captar el compromiso profesional de cada uno de los futbolistas para construir la idea de equipo”.

Es mucho más fácil crear un personaje que construir un equipo, pero siempre se debe buscar el mejor cauce para sacar el máximo rendimiento de un jugador tácticamente, físicamente, técnicamente y psicológicamente. La fuerza del grupo determina el saber llegar, competir y ganar.